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Cierre de lujo del San Vicente Jazz

Dos días de Jazz con la sala a pleno

Habían pasado treinta minutos de las nueve de la noche y el Plaza estaba expectante. Es que la primera velada del encuentro jazzístico de Godoy Cruz fue un idilio y la noche de cierre prometía mucho más. En un mismo escenario, un grupo de jóvenes talentos locales cultivando el género; una banda compuesta por músicos que han recorrido decenas de escenarios y un cierre con el mítico Hermeto Pascoal a dúo con Aline Morena.

Los encargados de abrir el juego fueron los integrantes de “The Millers Jazz”. Esta agrupación mendocina, compuesta por jóvenes y que nació en 2008, presentó un repertorio con swing, standards de jazz y versiones de canciones modernas. Mientras trabajan en lo que será su primer disco, se subieron por primera vez al escenario del San Vicente.

Marian Sky (voz), Francisco “Chicho” Pressio (saxo), Facundo Pelaitai (teclados), Diego Iglesias (batería) y Rodrigo Iglesias (bajo) ofrecieron talento, excelencia interpretativa y aplaudidas improvisaciones.

Después fue el tiempo de cuatro músicos que ya se habían presentado en la edición 2013 del festival. La cordillera los une y los inspira y el jazz es su método de expresión. El poderío de la batería de Gustavo Meli; Cesar Constanza y su bajo; Esteban Calderón interpretando el bandoneón y Tito Oliva, en el piano, dieron remembranzas de nuestras cosas más puras hechas jazz. Así, piezas propias como “Ciber tango”, “Estaba en el vino” o el estreno “Milonguita casera” mostraron una forma particular de transitar el género, en esta parte del mundo.

De este modo, recorrieron obras de su disco “Caminos de cornisa” (2010) y material estreno, que transitó el tango, la milonga y el folklore andino, con la impronta contemporánea y el vuelo improvisador del jazz, a partir de partituras del propio Oliva.

El cierre fue de lujo. Simple, con su guitarra y su voz, Aline Morena subió al escenario para presentar al gran Hermeto Pascoal. El escenario estaba poblado por instrumentos y otros elementos que transmutarían en música.

La primera parte fue un diálogo directo con el público. En un portugués transparente, se mostró gratamente sorprendido por los grupos que lo antecedieron y exhortó a los músicos (sobre todo a los bateristas) a no imitar los modelos estadounidenses y valorizar los talentos latinoamericanos.

Pero la magia había empezado antes. En pleno almuerzo del sábado, tomó una servilleta de un tradicional restaurant mendocino y, a modo de agradecimiento, compuso la canción “VIVA MENDOZA Y SU PUEBLO”, que regaló a la Municipalidad de Godoy Cruz y formará parte del patrimonio cultural de la comuna.

Con frases tales como “un concierto es una familia, nosotros somos una familia”; “soy una persona cien por ciento intuitiva”; “estoy por primera vez en esta ciudad sensacional, faltaba en mi vida venir aquí”; “soy un niño eterno que quería compartir mi música con ustedes” sorprendió, divirtió, hizo reír y disfrutar a un Plaza a pleno.

Un mito viviente de la música latinoamericana pasó por Godoy Cruz y dejó la firme convicción de que todo, absolutamente todo, puede entregar música, basta con proponérselo con un espíritu de niño, como el de Hermeto.

13 abril, 2015