La Fiesta de la Cerveza tuvo una noche fabulosa - Godoy Cruz

La Fiesta de la Cerveza tuvo una noche fabulosa

Miles de espectadores volvieron a confirmar que Godoy Cruz es la capital del rock local y nacional, con una multitudinaria presencia en el Parque San Vicente, sede de algunos de los recitales más importantes de la temporada. En un mismo predio, se concentraron numerosas bandas de nuestra provincia  y el esperado recital de Los Fabulosos Cadillacs.   

En la jornada del sábado 9 también hubo invitados especiales que engalanaron el patio cervecero más resonante de nuestra provincia. El locutor Lalo Mir y los artistas Emmanuel Horvilleur y Juana  Molina fueron una de las presencias estelares de la décima edición. Dichas personalidades brindaron una conferencia exclusiva donde, entre otros tópicos elogiaron el nivel en que se encuentra la música mendocina durante la tercera noche de la celebración.

La cerveza artesanal de producción regional y nacional volvió a satisfacer a una masiva concurrencia, que concurría a conocer las novedades que ofrecen los puestos de Hangar 52; Gualta; Kuhlen; Antares; Dowell; De la Vera cruz; Pirca; Puliwen; Birra Holandesa; Barba Roja y Bee King. Desde temprano, los asistentes también pueden saciar su apetito con los puestos gastronómicos y food trucks que ofrecen una amplia variedad de opciones.

Para apaciguar la agitación musical que está marcando cada encuentro, tuvo lugar el tradicional espiche, un festejo a puro ritmo con danzas tradicionales al que se unió el Intendente de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, los representantes de cada casa cervecera, visitantes de Villa General Belgrano y las soberanas de la corte 2018, que se unieron a la fiesta con bailes típicos.

El espiche es una ceremonia tradicional que se realiza dos veces al año, una en la Oktoberfest y otra en la Sommerfest, fiesta centroeuropea de verano que se realiza a mediados de enero y de febrero. Del evento participó el grupo “Rosamunde”, que defiende las tradiciones germanas con su orquesta “Musikfreunde” (amigos de la música). También participó el emblemático monje negro, que con su magnética simpatía conquistó a todos los presentes que levantaban su vaso esperando la espuma luego del golpe al barril de cerveza.

Como de costumbre, el escenario B fue el anfitrión musical a lo largo de toda la tarde y la noche. El ímpetu emergente de las bandas locales se hizo presente, primero, con el empuje vocal e instrumental de Alejo y Valentín, dúo creativo y compositivo compuesto por Alejo Llanes y Valentín Castro. Una peculiar atmósfera sonora cargada de rockandroll y psicodelia vintage se percibió con la actuación de Gauchos del Río, la reciente formación del inquieto intérprete Guri Martino.

El humor y algunas letras de una cotidianeidad al borde del absurdo conquistaron inmediatamente al público de El Kuelgue.  El proyecto creativo a cargo del actor y músico Julián Kartún fue exponiendo sus descabelladas historias, con su propuesta multiestilística y un show descontracturado que fue coqueteando con la vibra del funk, la bossa, toques de milonga y rock para presentar temas de sus discos de estudio y adelantar nuevas composiciones.

El ritmo comenzó a cruzarse al escenario A, con otra de las formaciones invitadas, La Farolera, una banda oriunda de la localidad de Villa General Belgrano. Haciendo base en Córdoba capital, es un grupo de músicos que hace más de tres años propone atravesar diversos géneros musicales y emocionales, con un repertorio de canciones divertidas y suculentas. A su término, los locales Spaghetti Western ofrecieron una vigorosa presentación que fue recibiendo la noche, con su irresistible amalgama de elementos sonoros provenientes del soul, funk, hip-hop y jazz, apoyado en la dulzura vocal de su intérprete principal y toques afro y latinos.

El silencio se convierte en carnaval

El esperado regreso de los Fabulosos Cadillacs encandiló el escenario principal, con una masiva celebración impulsada por una de las bandas más importantes del rock de nuestro país. Con la presentación exclusiva de Lalo Mir, quien expresó su encanto por la Fiesta, la energía desenfadada de Vicentico, Flavio Cianciarulo y compañía creó una instantánea conexión con reinvenciones un poco más aceleradas de sus propios clásicos. La inconfundible esencia de la banda más resonante en el inconsciente colectivo latinoamericano comenzó a escribir una nueva historia.

Cuando las agujas estaban por marcar las 23:30 y, durante un poco más de una hora y media, el trance fue inmediato y la noche pareció incendiarse con una catarata enganchada de grandes éxitos, en la que se presentaron algunas composiciones del flamante “La Salvación de Solo y Juan”, mezcladas con obras que no necesitan presentación: “Manuel Santillan, el león”; “Mi novia se cayó en un pozo ciego”; “El aguijón”; “El genio del dub”; “Calaveras y diablitos” ; “Carnaval toda la vida” y los consagratorios “Mal bicho” y “Matador” fueron elevando el ritmo, arriba y debajo de las tablas, para desacelerar con el clima intimista de “Siguiendo la luna y “Vasos vacios” e ir dando el golpe final con “El satánico Dr. Cadillac”, entre otras gemas que fueron coreadas por mil voces.

Diciembre 10, 2017


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