En noche del martes 27 de diciembre, miles de mendocinos y turistas se congregaron en el Espacio Verde Luis Menotti Pescarmona para deleitarse con la inconfundible voz del folklorista Zamba Quipildor, quien arribo a Godoy Cruz para presentar la tradicional Misa Criolla de Ariel Ramírez. Estuvo acompañado por el prestigioso coro municipal “Cantapueblo”.
Minutos después de las 21:30, Quipildor, referente de la Misa Criolla y otras piezas del cancionero popular argentino, subió al escenario montado en el espacio verde de Godoy Cruz. Estuvo acompañado en todo momento por 5 músicos, que interpretaron obras clásicas de nuestro folklore, lo que despertó las primeras palmas del público, que acompañó en todo momento, a pesar de los chaparrones.
A modo de introducción, el artista hizo gala de su histrionismo y natural simpatía mediante picarescas anécdotas que encabezaron cada canción. Asimismo, el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, se hizo presente en esta celebración artística para obsequiarle al tenor una botella de vino de una reconocida bodega del Departamento, a modo de regalo de bienvenida.
Posteriormente, los integrantes del coro dirigido por Nancy Ciccioli sumaron sus magistrales voces en “La misa criolla”, considerada por la crítica especializada una de las obras cumbres de la música argentina. Si bien esta obra adopta la estructura musical de una misa católica, lejos de la solemnidad litúrgica, el público vivió con gran regocijo y alegría cada uno de los movimientos (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei) que la compone.
En esta glorificación y exaltación a la figura del Dios Padre, que ha llevado a Quipildor a recorrer los más prestigiosos escenarios del mundo, como el “Carnegie Hall” o “La Academia Santa Cecilia der Roma”, el intérprete ha declarado a los medios que en cada una de sus presentaciones busca “transmitir un sentimiento general de fe, amor y paz”.
Para coronar una noche donde se conjugo magistralmente la adoración a Dios y lo más sublime de nuestras raíces folklóricas, el cantante se despidió con “Zamba de mi esperanza” y el alegre “Carnavalito”, enmarcados por un cielo que pareció estremecerse con un imponente show de fuegos artificiales.
Un poco de historia
Zamba Quipildor nació en Jujuy, y siendo él muy pequeño, sus padres se trasladaron a la provincia de Salta, donde creció entre Bagualeros. Pertenece a una familia campesina y fue en especial su padre, cantor de raza, quien le transmitió la profunda sabiduría que requiere la autentica expresión de la canción folclórica. Sus condiciones naturales para el canto lo impulsan a iniciar una carrera profesional y se radica en Buenos Aires dando lugar a una serie de actuaciones signada por un gran reconocimiento.
En 1974 Ariel Ramírez lo escuchó por primera vez y lo incorporó para su Misa Criolla, compuesta en 1964. A pesar de haber sido originalmente escrita para dos voces, el músico la interpretó como solista en virtud de su peculiar tono de voz y amplio registro. El debut se produjo al año siguiente en el «Festival Internacional de Música de Sorrento» y continuó en una extensa gira por varias ciudades de Italia con el coro «Los Madrigalistas de Bucarest», que culminó en una memorable presentación en la “Basílica de Santa Sabina” en Roma, ante 2000 espectadores.
A partir de ese momento, a Zamba Quipildor se lo reconoce como un cantor popular de excepcionales dotes, que ha logrado interpretar la música vocal de las distintas regiones de su país sin alterar su particular colorido.