Luego, el propio Faingold, en compañía de un ensamble de instrumentistas y la cantora Sandra Amaya le inyectaron una poderosa dosis de rock a la jornada. Los altos decibeles cortesía de Sebastián Rivas (guitarras); Didier Turello (batería); Germán Peña (bajo) y Nicolás Bauza (guitarra acústica) se fueron mixturando con el piano del ex Altablanca y Alcohol Etílico y la garganta folklórica de Amaya, para rescatar una de las leyendas populares más importantes de nuestra tierra.
Músicos de excelencia y atmósferas que oscilaban entre momentos de agitación distorsiva y la intimidad del canto folklórico fueron los elementos fundamentales de una obra cuyo hilo conductor fue la narración, a través de 10 temas originales, de la vida de una mujer que se volvió inmortal en el corazón de sus fieles.