Tras el homenaje a dos grandes nombres del séptimo arte de nuestro terruño, las novedades siguieron copando las pantallas de Godoy Cruz, con la maratónica muestra federal de cortometrajes, cine infantil hecho por y para niños, la presentación de aclamadas películas nacionales en boca de sus realizadores y una nueva cita en el Domo Ferroviario, con la desopilante “Lasaña de mono”.
En el Auditorio de la B+M se desarrolló la clásica muestra y selección de realizaciones de corta duración, lo que permitió explorar las diversas maneras de hacer cine de realizadores, consagrados o principiantes, que experimentan múltiples vías de expresión para una creatividad sin límites. Este año, el certamen tuvo una recepción que superó a sus anteriores ediciones, con la llegada de 170 micro producciones, lo que, sin lugar a dudas, es un indicador que afianza la propuestas por todo el territorio nacional.