-¿Te pone nervioso la espera antes de iniciar cada función?
-Sí. Pero son esos nervios lindos que comparto con el elenco. Son cosquilleos que me entusiasman a que llegue el momento de salir al escenario. Así, todos los días.
-¿Y cómo fue la previa, preparar el personaje de este grillito?
-Bueno, yo creo que fue un trabajo muy duro. Tuvimos que hacer un montón de cosas. Pero lo mejor fue que tuve mucho tiempo. Es un trabajo hermoso, todos los días siento que es diferente la obra, aunque no lo sea. Tenía muchas ganas de hacer un musical después de haber actuado en la Vendimia de Las Heras, y por suerte me llamaron.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje?
-La escena que más me gusta (piensa) es la que nos estamos peleando con los otros animales porque a mí me dicen “caca”. Es la parte más divertida. No fue fácil prepararme para hacer del grillo. Fue un desafío también.
-¿Qué fue lo que más te costó?
-Las coreografías, una en particular. Tenía que ir para un lado y girar, y siempre estoy por equivocarme.
-¿Cómo son las clases en la academia Yo Soy?
-Muy divertidas. Muchos juegos, cantamos, bailamos, actuamos y etcétera.
-(Hace una pausa y pide apurar la nota) ¿Te imaginás actuando toda la vida?
-Mmmhhh (mira hacia el techo). Sí. Este musical se lo dedico a todos mis compañeros de la academia Yo Soy y a toda mi familia y amigos. La academia Yo Soy también es mi familia. Empecé a leer a los 3 años y ahí entré a la academia. Los quiero un montón.