Esta semana el Espacio Arizu se transformó en el punto de encuentro de los principales actores del mundo vitivinícola. Aquí, se desarrolla, el evento que coloca a Godoy Cruz como vidriera global de la producción mendocina. Durante la Vinexpo 2025, el intendente Diego Costarelli anunció la creación de una Ciudad del Vino en el sector de las Cavas de Arizu.
Si hablamos de este anuncio, Costarelli destacó que es una iniciativa estratégica para los próximos años. Se trata de un proyecto integral que busca impulsar el enoturismo y la cultura del vino mediante espacios inmersivos, tecnología y experiencias interactivas.
De hecho, el Espacio Arizu es un sitio histórico que refuerza la visión de Godoy Cruz como “tierra de oportunidades”. Por lo que es capaz de generar mejores condiciones para los negocios. Como así también, impulsar transformaciones que potencien la economía local en el mediano y largo plazo.
¿Qué tendrá esta Ciudad del Vino?
Hay que tener en cuenta que este Museo del Vino de Mendoza, es una fusión extraordinaria entre el legado vitivinícola argentino y las tecnologías más avanzadas. Así, el recorrido interactivo e inmersivo permite a los visitantes sumergirse en el fascinante mundo del vino argentino. Lo hace mediante hologramas, proyecciones 3D, pantallas LED, instalaciones artísticas, láser, sonido especializado e inteligencia artificial. Por lo que, cada espacio se convierte, de este modo, en una experiencia sensorial y educativa.
La exhibición nos pasea por un detallado itinerario a través de las diversas regiones vinícolas del país. Entre ellas, destaca particularmente Mendoza, reconocida mundialmente por la calidad de sus viñedos. Además, celebra a la prestigiosa Bodega Arizu, símbolo de tradición y excelencia. Entonces, los visitantes tendrán la oportunidad de explorar los matices únicos de cada varietal y la influencia inigualable del terroir argentino.
Es importante destacar que, al integrar arte y tecnología, la muestra no solo informa y educa. También, cautiva al público, proporcionando una comprensión más profunda y amplia de la historia y el futuro del vino argentino. Esta experiencia promete ser un epítome de innovación y cultura, elevando la narrativa del vino a nuevas alturas. Como así también, ofreciendo una perspectiva fresca y cautivadora de un símbolo nacional tan querido.